LA ALCAZABA DE MONTEMOLÍN
Tras su
ocupación por los cristianos en el siglo XIII, quedó integrada en la Orden de
Santiago con categoría de Encomienda, cediendo a Llerena el papel de foco más
señalado de la zona, que junto con Reina, había desempeñado antes. En 1.608 fue
enajenada por Felipe III, bajo el título de Marquesado de Montemolín, a unos
banqueros genoveses, como pago de las deudas contraídas con ellos por la
corona.
Es un castillo de grandes proporciones, con numerosas torres y se adapta a las condiciones del terreno y es construido en mampostería. A los lienzos de la muralla se adosan torres cuadradas de pequeño tamaño, repartidas a lo largo de los muros regularmente y una torre posterior de sección semicircular; la disposición de las torres responde a la tipologia almohade, al igual que le grosor de sus muros y el tapial con el que se levantan. La torre del Homenaje, fue modificada para ser adaptada a albergar la Casa de la Encomendada de la Orden de Santiago. Conserva la puerta en recodo, mediante una entrada con secciones quebradas para aumentar la vigilancia y dificultar el asedio. En la actualidad se encuentran en estado de ruina, pero se han consolidado sus muros y torres, reduciendo así el rápido deterioro al que estaba sometido. En el año 1779 la villa recuperó mediante compra su propia jurisdicción, independizándose de los italianos. En el año 1819 Fernando VII la enajenó de nuevo, ahora a su hermano Carlos, de cuyo dominio fue eximida definitivamente poco después. En su interior existió una iglesia dedicada a Santo Domingo, hoy destruida por completo.
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